Cree la base de un futuro financiero brillante y practiquen habilidades de preparación escolar

Entender el dinero no es sólo cosa de adultos. Enseñar finanzas a los niños desde pequeños les ayuda a gestionar su dinero con eficacia a medida que crecen. Practicar habilidades financieras como ahorrar para algo especial, hacer un presupuesto o comprender el valor del trabajo duro ayuda a los niños a desarrollar herramientas que les ayudarán en la escuela y les prepararán para el éxito en el mundo real.

Por qué la educación financiera es importante para los niños

La educación financiera es algo más que saber contar dinero: se trata de entender el concepto de ganar, gastar, ahorrar y planificar el futuro. Estas habilidades fundamentales para la vida tienen un gran impacto en los niños a medida que crecen.

De hecho, en los estudios de seguimiento de KITS sobre jóvenes recién graduados en secundaria, preguntamos qué les habría ayudado a sentirse más preparados para cumplir sus objetivos a largo plazo tras la graduación. Una y otra vez nos dijeron que lo que más necesitaban eran más conocimientos de la vida real, como por ejemplo cómo conseguir un buen trabajo y ahorrar y administrar el dinero.

Fomentar y modelar los conocimientos financieros desde una edad temprana ayuda a los niños a construir una base sólida para gestionar sus finanzas con prudencia cuando sean adultos, evitando las deudas, gastando dentro de sus posibilidades y planificando para el futuro.

Educación financiera y preparación escolar

Aprender y practicar estrategias financieras sanas también refuerza las habilidades de preparación para la escuela, como las matemáticas básicas, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la autorregulación, la confianza en uno mismo y la independencia.

  • La educación financiera enseña habilidades matemáticas básicas. Los niños pueden practicar las matemáticas llevando la cuenta de sus gastos o incluso elaborando un presupuesto sencillo con su paga, regalos monetarios o dinero que hayan ganado de otras formas. Por ejemplo, pueden averiguar cuánto dinero tienen después de comprar un juguete o ahorrar para algo especial.
  • La educación financiera fomenta el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Decidir cómo gastar su paga o el dinero de su cumpleaños, hacer un presupuesto para un proyecto o montar su propio pequeño negocio fomenta el pensamiento lógico y la capacidad de tomar decisiones. Estas capacidades de resolución de problemas se trasladan a las tareas académicas, como resolver problemas matemáticos, completar proyectos en grupo o incluso llevarse bien con los demás.
  • La educación financiera fomenta la responsabilidad y el control de los impulsos. Ser responsable económicamente significa aprender a equilibrar ingresos, gastos y ahorros. Y experimentar las consecuencias de sus decisiones financieras enseña a los niños a ser responsables. Estas habilidades se trasladan al aula, donde los estudiantes deben gestionar su tiempo, completar sus tareas, controlar sus impulsos y asumir la responsabilidad de sus actos.
  • La educación financiera ofrece oportunidades para practicar la regulación de las emociones y la frustración. ¿Qué hacemos cuando nos sentimos frustrados porque no tenemos suficiente dinero para comprar un artículo que queremos, o cuando hemos gastado todo nuestro dinero en algo que no nos ha durado? ¿O tal vez incluso hemos perdido algo de dinero? Este tipo de situaciones permite a los niños practicar el manejo de esos sentimientos no tan buenos, una habilidad importante para el éxito escolar.
  • La educación financiera fomenta la confianza y la independencia. Las habilidades de gestión del dinero dan a los niños confianza en su capacidad para tomar decisiones y asumir el control de su futuro financiero. Esta independencia refuerza su autoestima y les prepara para afrontar retos por sí solos, ya sea en la escuela, el trabajo o la vida personal.

Enseñar a los niños sobre el dinero desde una edad temprana es un regalo inestimable que ayuda a desarrollar un sentido de independencia y autodisciplina. Los niños aprenden que el dinero no aparece por arte de magia, sino que se gana trabajando duro y con una gestión, planificación y ahorro adecuados. Estas lecciones fomentan importantes habilidades de preparación escolar y enseñan a los niños a tomar decisiones financieras informadas a lo largo de su vida. Y les prepara para la edad adulta.

La responsabilidad financiera es un concepto GRANDE, incluso para muchos adultos. Empiece poco a poco. Considere la posibilidad de hablar de sus propias decisiones financieras (cómo decide qué artículos comprar y cuándo, cómo hace para ahorrar dinero -o cómo le gustaría hacerlo) o de implicar a su hijo en la compra. Tal vez quiera darles una paga para que practiquen a administrar el dinero por su cuenta.

Para obtener más ideas sobre cómo empezar, esté atento a nuestra próxima infografía con consejos para criar a niños económicamente responsables.

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